Reformando la naturaleza desde el principio
Para Reflexionar se pondria como referencia la pelicula "The Mosquito Coast", su personaje principal Allie Fox un brillante inventor.
El ser humano viene reformando su entorno desde que es tal ser. Incluso
hay quien asevera que el ser humano lo es, precisamente, por haber sido el ser
capaz de proceder de manera metódica y sistemática a la reforma de su medio.
Esa reforma fue efectuado a través del uso de técnicas, que han
permitido al ser humano, en muchísimas ocasiones, domar la naturaleza sin
conocerla (científicamente, claro está). Pues, mediante técnicas, se ha logrado
intervenir en múltiples procesos naturales, controlándolos y orientándolos en
un sentido dado. Con un ejemplo: técnicamente se viene produciendo cerveza, por
lo menos, desde los tiempos de Babilonia, aunque hasta recientemente no se ha
sabido en qué consistía la fermentación en sentido estricto.
La técnica, desde la noche de los tiempos, ha generado todo un mundo
integrado por instrumentos, obras o prácticas de organización social, que,
superpuesto a la naturaleza, ha permitido su control (o se pensaba tal cosa).
De hecho la naturaleza que ha conocido el ser humano es la que se ha filtrado a
través de los huecos de la malla técnica tendida sobre ella. Conforme más
tupida se ha ido haciendo esta red, más se ha alejado el ser humano de la
naturaleza.
Nada más cierto Pues el animal no-humano es, al parecer, fruto exclusivo
de la bioevolución: es producto de una selección natural que lo ajusta a un
medio natural cambiante. El animal no-humano superviviente es siempre el que
satisface sus necesidades de mejor forma en ese medio natural, el más eficaz
biológicamente. Pero, el ser humano superviviente no satisface las suyas
adecuándose al medio. Me atrevería a decir que ni siquiera las satisface, como
sacia, por ejemplo, un león su sed o el hambre que siente. Lo que el ser humano
tiende a hacer no es tanto satisfacer sus necesidades en ese sentido, cuanto
eliminarlas o, al menos,ponerse a resguardo de ellas, como hace Allie Fox. Y lo
logra, al menos, lo intenta- reformando técnicamente la naturaleza, como, así
mismo, lo hace Allie Fox.
Por eso habría que decir que el ser humano es, ante todo, producto de la
tecnoevolución: no de la natura, sino de la cultura, en el sentido estricto de
este término: de lo no natural, de lo artificial (i.e. De lo técnicamente (ars)
hecho (facio)).
La cultura humana ha sido el gran intermediario entre el ser humano y la
naturaleza. Ha sido a modo de una gigantesca prótesis interpuesta entre él y su
medio natural. Conforme los productos de la cultura, fruto de la civilización,
han incrementado su sofisticación, su complejidad y número, mayor –repito- ha
sido la lejanía del ser humano respecto de lo natural.